Competencia política

La paz territorial en Nariño, al igual que en muchos otros municipios ha tenido un rol preponderante, atendiendo a las necesidades reales existentes en la región. Sin embargo, más allá del llamado público a defender la paz y los esfuerzos mancomunados en pro de este objetivo las dificultades para consolidar la paz son variadas como se vio previamente. En primer lugar, acorde al gobernador Camilo Romero y a la configuración territorial de los PDET, el departamento está dividido en dos donde la mitad cercana al Pacífico (mayoría de municipios PDET) ha sido la más afectada tanto por el conflicto armado como por el narcotráfico. Esto genera que las relaciones de poder dentro de la región dependan de la zona, existiendo más o menos actores involucrados acorde al lugar en que se ubique. Así, en segundo lugar, otra dificultad para la consolidación de la paz es la presencia de diversos actores que impactan en lo local con distintas escalas de coerción. En el caso de Nariño los grupos que ejercen poder se dividen entre el gobierno nacional, los grupos armados locales, los grupos armados extranjeros y las comunidades. Así, se configura un poder local muy diferenciado ante un Estado con presencia reducida en la zona y comunidades a merced de los grupos armados: guerrillas y narcotraficantes. Y, en tercer lugar, la presencia diferenciada del Estado genera aislamiento de parte de los municipios más afectado por el conflicto, facilitando el control de grupos externos que se ven beneficiados ante el bajo desarrollo y difícil movilidad.

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En cuanto a la voluntad de las comunidades y políticos locales por implementar los PDET, se puede decir que sí existe voluntad, en tanto se ha avanzado en el proceso, habiendo consolidado durante diciembre de 2018 el Plan de Acción para la Transformación Regional (PATR). Con ello se evidencia la participación continuada de la comunidad desde que el proceso inició en 2017, con múltiples iniciativas y compromisos diseñados para promover el desarrollo en los municipios PDET. No obstante, por lo que se puede encontrar acerca de las campañas actuales a alcaldías locales e incluso gobernación, no se le da prioridad a los PDET pues no son en general mencionados, siendo preocupante para su continuidad y consolidación, aunque todavía es temprano en la agenda electoral. Así mismo, acorde a un estudio diseñado por la MOE (2018) en Nariño existe un gran peligro de corrupción y de influencia de actores armados externos en las elecciones locales, siendo muy preocupante de cara a la entrega de recursos de los PDET y de su misma implementación.