Cultivos ilícitos y narcotráfico

Norte de Santander es el tercer departamento en el país con mayor presencia de cultivos ilícitos (28,244 hectáreas, más de ocho hectáreas por km2) según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). El Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci), estableció que tres municipios de  la zona del Catatumbo (Tibú, Sardinata y El Tarra) estaban entre los diez de Colombia con la mayor cantidad de coca sembrada durante el 2016. Tibú se mantiene como la jurisdicción más afectada de Norte de Santander con los cultivos de coca, que pasó de 4.379 hectáreas sembradas en 2015, a 12.787 en 2016, lo que representa el 52%  del área sembrada en el Catatumbo.

 

Antes de la firma de los acuerdos en La Habana, las FARC tenían control sobre la mayoría de las rutas de narcotráfico en la sub-región. Los vacíos de poder que dejaron las FARC fueron ocupados por ELN o EPL, ya que el Estado no ha sido efectivo en proveer presencia institucional en estos municipios. El proceso de reconquista de los territorios dejados por las FARC desencadenó una gran ola de violencia en el departamento que situó al ELN como grupo armado de relevancia nacional. Además de las guerrillas históricas en el departamento, hay presencia de BACRIM situadas en el límite fronterizo con Venezuela y se han encargado de fortalecer el narcotráfico hacia Europa a través del occidente de África.  La alta violencia en el departamento afectó parcialmente la participación de las personas a las asambleas PDET, algunos líderes comunales entrevistados manifestaron que el miedo a firmar las listas de asistencias o a aparecer en fotos oficiales de la Agencia de Renovación del Territorio siempre estuvo latente, ya que podían ser acusados por la guerrilla del ELN (o EPL según el municipio) de participar en discusiones de sustitución de cultivos y restitución de tierras, afectando directamente los ingresos de las guerrillas.