Historia política reciente

Antes de la reforma política de 2003, el Partido Liberal tenía un papel casi hegemónico en la política chocoana. Esto se daba a que los grandes clanes políticos del departamento pertenecían a esta colectividad y se disputaban entre ellos el control de los puestos más importantes: gobernación, alcaldía de Quibdó y la Cámara de Representantes. El multipartidismo empezó a gestarse cuando la reforma planteo que no podía haber más de un miembro por familia dentro de cada partido. Así, las dos familias más importantes del Choco: los Sánchez Montes de Oca y los Torres, siguieron compartiendo el poder desde distintas orillas políticas (Daza, 2017). Por esto, se dan alianzas interpartidistas que en otros lugares de Colombia podrían sonar contradictorias, como lo fue la unión de Cambio Radical, Partido Conservador y Partido Verde para la gobernación y la alcaldía de Quibdó el periodo pasado (Registraduria Civil, 2015).  

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La historia política reciente del Chocó tiene dos características negativas: la corrupción y la parapolítica. Dos de los líderes más importantes del departamento, quienes se han desempeñado en cargos como alcaldías o congresistas, han sido condenados por sus nexos con grupos paramilitares e irregularidades durante sus mandatos. Ellos son Odín Sánchez y Edgar Eulises Torres, líderes de sus clanes familiares. Incluso con estas condenas, han logrado mantener su poder político en cuerpo ajeno gracias a sus aliados políticos y a sus familiares. De hecho, el gobernador actual (Jhoany Carlos Palacios, avalado por el Partido Liberal y de la U) fue apoyado por los Sánchez Montes de Oca. En el caso de esta familia, los hermanos Odín y Patrocinio fueron condenados por parapolítica e irregularidades en contratos en 2009, por lo que desde entonces no ocupan puestos de elección popular en nombre propio. Sin embargo, su hermana obtuvo una curul en el Congreso en el año 2014 y con alianzas estratégicas lograron puestos para su familia en la Secretaría de Salud, la Secretaría jurídica de la Gobernación y la de Bienestar Social durante la gobernación actual (Semana Nación, 2018).

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Lo interesante es que incluso con todos estos escándalos, los clanes familiares aún mantienen grandes niveles de aceptación entre la población chocoana. El secuestro de Odín Sánchez por parte del ELN terminó siendo productivo para su capital político, llevando incluso a la especulación de que sería candidato para las elecciones regionales de este año. Sin embargo, sigue inhabilitado por la procuraduría y lo más probable es que su hermano Patrocinio asuma la candidatura (Arenas, 2017). Estas experiencias previas permiten teorizar sobre las elecciones locales de Octubre, ya que dentro de la sonaja de postulados a la gobernación suenan exalcaldes y funcionarios que poseen vínculos con estas familias. Teniendo en cuenta que según la MOE (2018) habían 8 municipios del Chocó con altas de probabilidades de fraude electoral para las elecciones legislativas, no sería sorprendente que estas prácticas se repitieran este año. Con las fichas puestas en el tablero político, se esperan unas elecciones donde las redes clientelares forjen quienes llegarán a las alcaldías de los municipios PDET, más allá del compromiso o propuestas en torno a la paz territorial.

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Cifras Importantes: En todos los municipios PDET ganó el “Si” en el plebiscito. Sin embargo, al hacer comparaciones con la participación usual en las elecciones, se puede concluir que aproximadamente solo el 50% de las personas que normalmente vota lo hizo para el plebiscito. Por ejemplo, en Bojaya solo votó el 30,37% de la población habilitada, mientras que en las elecciones de alcaldía en 2015 lo hicieron el 68,43% de esta población. En el departamento como tal, el SI ganó con el 76,76% de los votos, pero solo se vio una participación del 32,87% de la población, en contraste a la de 62,02% que se dio para la gobernación (Registraduria Civil, 2015 y 2016). Así, se desmiente un poco la idea generalizada de una “victoria contundente” en el plebiscito en las regiones más afectas por el conflicto.