Historia del conflicto armado

Históricamente, en la región de los Montes de María hubo presencia de EPL, ELN, FARC – EP y AUC. En general, ocurrieron 62 masacres, la mayoría perpetradas por los paramilitares como la de El Salado, Macayepo, Mampuján y Ovejas entre otras; adicionalmente, secuestros, desplazamientos forzados, despojos de tierras, enfrentamientos entre los diferentes actores armados y siembra de minas antipersonal. En específico, las FARC – EP estuvo presente en la región a través del Bloque Martín Caballero, también conocido como el Bloque Caribe, con el Frente 35 “Antonio José de Sucre” en Sucre y el Frente 37 “Benkos Biohó” en Bolívar; el ELN tuvo presencia mediante el Frente Guerra Norte a través del Frente Jaime Bateman Cayón en los departamentos de Bolívar y Sucre; y las AUC tuvieron el Frente Héroes de los Montes de María. “Entre los años 2004 y 2009, por efecto de las acciones por el paramilitarismo y la Fuerza Pública, se produjo el desmantelamiento y marginación territorial de los frentes y compañías guerrilleras del Bloque Martín Caballero de las FARC – EP que operaban en los Montes de María” (MOE et al., 2018). En concreto, el número total de víctimas del conflicto armado de la subregión es alrededor de 200.115 personas (Unidad de Víctimas, 2019).

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Remitiéndose a la historia de los Montes de María es relevante mencionar algunos hitos que marcaron el desenvolvimiento del conflicto armado que, específicamente en esta subregión, estuvo fuertemente ligado a la tenencia de la tierra. Durante la época de la violencia bipartidista los municipios de San Onofre, Ovejas, María la Baja, El Carmen de Bolívar, San Jacinto, San Juan Nepomuceno y El Guamo fueron los municipios del Caribe que presentaron mayores actos de violencia. Posteriormente, con la reforma agraria de Lleras Restrepo y la creación de la ANUC en 1968 se impulsaron acciones de redistribución de la tierra, pero éstas fueron contrarrestadas por grandes hacendados armados que impidieron a los líderes campesinos tomar sus tierras. De esta manera, en la década de los 80s se formaron guerrillas de extrema izquierda que se fueron vinculando al ELN y a la Corriente de Renovación Socialita – CRS. Luego, durante los 90s las FARC – EP aumentó su presencia en la zona. Por otro lado, los paramilitares surgieron por creación de los terratenientes y del narcotráfico que se asentaron en los Montes de María. Así, los grupos de paramilitares progresivamente se unieron para conformar las CONVIVIR y las AUC que tuvieron mucha incidencia en la subregión. Particularmente, los paramilitares y los narcotraficantes se dedicaron a proteger las tierras de los Hermanos Ochoa en San Onofre, de Javier Piedrahita en Palmito y de Mancuso en El Guamo.

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Indicadores de violencia actuales

Actualmente, se conoce sobre la presencia de reductos de las FARC y ELN, los cuales utilizan la zona como corredor de movilidad con el Bajo Cauca antioqueño. La situación actual del conflicto armado se ve marcada por la lucha por el control de territorios y rutas estratégicas para tráfico ilegal de armas, control de la minería ilegal, donde las BACRIM (sobre todo el Clan del Golfo) u otros GAI – pos-desmovilización – se disputan el control de zonas determinadas (PARES et al., 2018). De hecho, la Defensoría del Pueblo ha catalogado a San Onofre por tener “alto riesgo por la presencia de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia – o Clan del Golfo” (Mendoza en El Espectador, 2018). En adición, aumentan los riesgos de seguridad a los líderes sociales en la restitución de tierras a pesar de haber firmado el Pacto por la Vida y haberlo renovado el 7 de febrero de este año en El Carmen de Bolívar (Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, 2019). Específicamente, en los Montes de María se han registrados sólo dos asesinatos a líderes sociales. De cualquier modo, aunque siga habiendo casos de violencia perpetrados sobre todo por la presencia del Clan del Golfo como se puede evidenciar en la Ilustración 3, la desaparición de la mayoría de las FARC, ELN y de grupos paramilitares desde hace más de 10 años posibilita la mención de los Montes de María como “una zona en posconflicto” (MOE et al., 2018, p. 357).  Por otro lado, la OACNUDH detectó ejecuciones extrajudiciales por parte de las fuerzas armadas en Bolívar. Estas ejecuciones extrajudiciales detectadas tienen que ver con el involucramiento de los militares en las tareas policiales y el uso excesivo de fuerza en las tareas rutinarias de la Policía. El Alto Comisionado atribuye esta ocurrencia a la falta de control y de mando por parte de las autoridades policiales y militares municipales donde hay una evidente falta de disciplina táctica y organización de operaciones.